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Las mujeres en España, realidad Laboral y Social


La celebración del Día Internacional de la Mujer la semana pasada fue una muestra del largo camino que aún nos queda por recorrer en España para valorar como merece, a nivel social y laboral, el papel de la mujer y su impacto en la economía y la sociedad. Durante este publicación hablaré fundamentalmente de las barreras en el aspecto laboral y habrán referencias a los principales aspectos de la realidad social que en lo que va de año está siendo más patente. Para cerrar incluiré algunas opciones muy comentadas para mejorar la situación de este colectivo fundamental de la sociedad que, aunque dio muestras de su capacidad de lucha y organización con los paros y marcha el día 8 durante la celebración su día, para la mayoría de los medios de comunicación al día siguiente las noticias más destacadas las copaba la remontada del Barca en la Champions.

Durante la semana pasada muchos artículos de opinión e informaciones giraron acerca de las diferencias existentes en el ambiente laboral entre hombres y mujeres en lo relacionado con las oportunidades de crecimiento profesional, acceso a puestos de dirección/gestión y las no menos importantes condiciones económicas. Es evidente que nuestro sistema laboral penaliza a las mujeres sólo por serlo, en una cultura fundamentalmente machista las oportunidades de crecimiento profesional de las mujeres están limitadas por su maternidad y/o tareas asociadas con el apoyo/cuidado de familiares que requieren atención. Por lo que en la mayoría de los casos las oportunidades de formación y ascenso se les ofrecen a los hombres que pueden pasar mayor tiempo en la empresa, sin importar su productividad, o tienen mayor flexibilidad para los viajes y/o actividades fuera de la jornada laboral establecidas. Por otro lado, está la situación de cuotas establecidas para las empresas del IBEX 35 en las que se exige que las mujeres del consejo de administración representen un 30% a nivel de España y un 40% de la UE y que en España sólo tiene un 19,83% en promedio e incluye empresas IBEX que no disponen de mujeres en sus consejos. Demostrando que esta forma de fijar cuotas tampoco ofrece los resultados esperados. Finalmente, y no por ello menos importante están las condiciones económicas en las que las mujeres ganan en promedio 5.900€ anuales menos que los hombres que desarrollan su misma actividad, también tienen tasas de temporalidad, cercanas al 35%, superiores a las de los hombres, y que tienen tasas de desempleo mayor, ronda el 40%, a pesar de estar en su mayoría mejor cualificadas que muchos de los hombres que desempeñan funciones similares.

En el aspecto social la brecha es aún mayor porque la cultura española sigue siendo muy machista, aunque una parte de las nuevas generaciones venga cambiando lentamente. En general las mujeres siguen sufriendo de la lacra de la violencia de género, batallan cada día contra estereotipos asociados con su manera de vestir, los techos asociados con tareas que no “pueden” desempeñar o funciones que implícitamente deben desarrollar ellas como el cuidado/atención de los niños y mayores. Aunque parezca mentira en 2017 se sigue pensando que la mujer no tiene esa capacidad de decisión que le permita desarrollar su vida y en muchos casos ser más exitosas que muchos hombres guardando un mejor balance entre lo personal y laboral.

Para lograr los cambios necesarios en la sociedad y todos los ambientes donde las mujeres deben jugar un papel fundamental, lo primero debe ser la educación, y no me refiero sólo al atender a la escuela o la universidad sino a cambiar los paradigmas culturales de forma inmediata para reconocer que las mujeres en muchos casos son tan buenas o mejores que los hombres desempeñando cualquier tarea y/o profesión o actividad. Al igual que debemos reconocer y practicar la igualdad en todos los aspectos porque los hijos deben ser cuidados por los padres y no sólo por las madres. La conciliación y flexibilidad laboral debe ser algo practicado por todas las organizaciones sin importar el género para integrarlo en la cultura empresarial y mantener un mejor balance con la sociedad. Se le debe dar más transparencia a los procesos de selección laboral organizando equipos de selección plurales que garanticen el mismo trato a las candidaturas sin importar el género. Evitar la discriminación e implantar medidas de fomento y desarrollo profesional que no presten atención al género sino a las capacidades objetivas de los candidatos y sus condiciones para contribuir a la organización. Socialmente además de eliminar el estigma a la mujer debemos castigar de forma más proactiva el maltrato, erradicar el trato que se le da a la imagen de la mujer en los medios de comunicación y eliminar de nuestro riquísimo idioma palabras que son radicalmente machistas. Sabemos que todo esto lleva tiempo, pero que al mismo tiempo esto no para de servir como excusa para no dar el impulso necesario a las medidas que deberían ya estar arraigadas en las generaciones actuales donde la mujer se identifique como una persona más que hace la diferencia y que es muy necesaria para lograr el desarrollo pleno tanto social como económico de nuestro país y cultura.

Nos leemos en la próxima


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